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Engaños a viajeros: Avivadas alrededor del mundo

Engaños a viajeros: Avivadas alrededor del mundo

No es para alarmarse pero en todos los viajes vivimos situaciones en la que alguien identificó que éramos turistas, se nos acercó para querer engañarnos y así sacarnos dinero. Estos son los engaños a viajeros típicos.

Antes de viajar nos parece importante informarse sobre la cultura del destino elegido, museos, atracciones, transporte, alojamiento, etc… Eso no es todo! Además, creemos que es conveniente averiguar sobre éste tipo de situaciones para manejarlas y que después se transformen en una anécdota más.

La señora de los anillos

Imagínense estar caminando al costado del Sena, yendo para el Museo d´Orsay, en pleno otoño, algo fresco, con las veredas tapadas de hojas rojas, marrones y amarillas y de repente ver entre las hojas un anillo dorado de un tamaño importante. Sergio se agacha para agarrarlo (llamaba mucho la atención). Mientras se agacha, aparece una señora que también hace el movimiento como para tomar el anillo. Finalmente, mira a Sergio y le dice que se lo quede. Asombrados hacemos unos metros con el anillo en la mano. Notábamos que había algo raro en el ambiente.
Cada vez más cerca del museo la señora que había sido tan “gentil” de dejarnos agarrar el anillo se nos puso enfrente y a los gritos comenzó a decirnos que era pobre, que no tenía para comer y que como nos dejó quedarnos con el anillo le teníamos que dar plata a cambio. Ahí nos dimos cuenta que habíamos caído en una trampa. Le quisimos “devolver” el anillo pero seguía pidiéndonos dinero. Nunca se nos pasó por la cabeza darle ningún billete, había que cuidar los euros, y lo único que teníamos a mano eran unas monedas en el bolsillo del bolso de la cámara de fotos así que le dimos un euro y cómo nos seguía gritando salimos corriendo hasta llegar al museo. Dentro del Orsay mirábamos una pintura y el anillo, una escultura y el anillo…
Cuando llegamos al hotel nos pusimos a buscar por Internet y leímos que este tipo de engaño o Scam es muy común en París y que por lo general cuando la gente le quiere dar plata a la señora, supuestamente pobre, termina siendo estafada entregando 20 euros o 50 euros a cambio de un anillo que no vale nada. En casos extremos, cuando el turista saca la billetera para «pagar por el anillo» esta persona agarra la billetera y sale corriendo. ¿Cómo terminó la historia? Volvimos del viaje convencidos de tener oro en nuestras manos, más allá de lo que habíamos leído, fuimos a la joyería del barrio, y ahí el desencanto: no era oro, era bronce pintado. La esperanza es lo último que se pierde…
Compartimos con ustedes esta guía de viaje a París.

El taxista «simpático» que ofrece un paseo que tiene de todo

Cuando llegamos a Ica, Perú, lo primero que queríamos hacer era ir a la Laguna de Huacachina pero quedaba bastante lejos de nuestro hostel, unos 6 kilómetros, por lo que decidimos tomar un taxi. Ica está repleta de taxis y mototaxis que circulan despacio por las calles tocando la bocina todo el tiempo tratando de captar clientes. Paramos un auto y le dijimos que queríamos ir a la laguna y nos dijo que por un módico precio nos podía llevar también a dos bodegas y a una fabrica de chocotejas. Realmente no nos interesaba la fábrica de chocotejas y lo primero que queríamos hacer era ir a la laguna antes de que baje el sol.
Nos recomendó ir primero a las bodegas, dándonos la tranquilidad de que íbamos a tener tiempo de ir a la tan ansiada Huacachina. Llegamos al primer destino, recorrimos y probamos los distintos tipos de pisco y ya que estábamos compramos unas botellas, por las cuales el taxista cobró su comisión, seguro. Te dan para probar ocho tipos de pisco e irse sin comprar nada es imposible. Honestamente nos gustó el paseo pero terminamos gastando dinero que no teníamos previsto. Pero eso no es todo! Cuando terminamos el recorrido estaba bajando el sol y el taxista nos quería llevar a otra bodega lo que podía significar otro gasto en botellas de pisco que después no íbamos a saber cómo llevar así que nos pusimos firmes y le dijimos que nos lleve donde queríamos. En síntesis, llegamos de noche a la laguna y no pudimos ver demasiado.
Sin importarle nuestras caras de bronca insistió con ir a la fábrica de chocotejas, fuimos y nos hicieron una pequeña degustación para que compremos y nuestro amigo vuelva a cobrar su comisión pero ya habíamos aprendido así que no compramos y le pedimos que nos lleve de vuelta al centro de Ica.
Ese día terminamos haciendo lo que el taxista quiso y no lo que nosotros teníamos ganas de hacer. ¿Fuimos tontos? Un poco, la realidad es que estos tipos son maestros para convencer.

Tuk tuk al acecho

Segundo día en Bangkok y mucho por conocer. Wat Pho y el Palacio Real eran visitas obligatorias. El calor era insoportable, en el cielo no había nubes y en el camino no encontramos ningún árbol para descansar y retomar la caminata. Cerca de Wat Pho un puesto ambulante con una sombrilla que vendía bebidas frías, un oasis en el desierto, compramos botellas de agua y nos quedamos a la sombra.
En ese momento se nos acerca un hombre que nos pregunta de dónde somos, si nos gusta Tailandia, nos da la bienvenida a su país y nos pregunta a dónde vamos, le respondemos que vamos a Wat Pho y nos dice: «Noooo ahora está cerrado porque mañana es el Songkran y los monjes están meditando, vayan a ver otros templos y a las seis vuelven. Les puedo ofrecer un Tuk Tuk (mototaxi) que los lleve a otros templos que sí están abiertos» Le dijimos que no, que preferíamos ir al Palacio Real primero y después a Wat Pho. Inmediatamente el señor, mediador entre el tuk tukero y el cliente, y el tuk tuk, que ya estaba al acecho se ofenden y nos gritan.
Seguimos camino al Palacio pero nos seguía dando vueltas en la cabeza la duda sobre si el templo estaba cerrado, entonces en el camino consultamos a un policía y no dijo que el templo siempre esta abierto, que vayamos sin problemas. Confirmamos que nos habían querido engañar.
El tuk tuk es un medio de transporte mucho más caro que el taxi y además están intentando timar a los turistas paseándolos por otros templos que quizás no son los que uno quiere ver y obviamente cobran valores exorbitantes en comparación a los costos en el sudeste asiático (a excepción de Singapur, claro).
Esta situación no solo se repitió numerosas veces a la entrada de otros templos sino también un día que estábamos esperando un bote que nos deje cerca del centro comercial Siam Paragon. Cerca había una pareja de Alemania a la que les estaban haciendo el mismo verso, que los shoppings estaban cerrados y que los iban a llevar a ver templos. Cuando vimos esa escena nos acercamos a ellos y les dijimos que no los escuchen, que sabíamos que el Siam Paragon estaba abierto. Finalmente, los cuatro compartimos taxi para abaratar el viaje. Atención: no es nada personal, hay que verlos en acción para ver que actúan como mafias. Lo mismo pasa en Retiro, Buenos Aires, en fin, mafias hay en todos lados, hay que tratar de evitarlas.

Taxis sin taxímetro (o con taxímetro pero sin ganas de prenderlo)

En Bangkok nos alojamos en Khao San Road, lugar emblemático donde transcurre parte de la película “¿Qué pasó ayer II? Es increíble pero algo alejado de las líneas de metro por lo que al llegar a la estación Hua Lampong una de las pocas formas de llegar es en taxi. Hay que estar muy atento a que el conductor encienda el taxímetro (reloj) y hay que exigirlo. Si el chofer se niega, hay que bajarse del taxi y esperar otro. Así hasta que llegue un taxista honesto que encienda el medidor. Si uno no exige que enciendan el reloj pueda pagar hasta ocho veces más un viaje y un destino económico se puede convertir en todo lo contrario.

Un típico cuento cubano: El festival del habano

Hay personas u objetos que se asocian a países. Si pensamos en Cuba se nos ocurren tres cosas: Fidel Castro, ron y habanos. ¿Sabían que una vez al mes en La Habana festejan el “Festival del habano”? En nuestro posteo «Un típico cuento cubano: El festival del habano» te contamos la ingeniosa avivada que nos tocó vivir en La Habana.

También les contamos cuales son las estafas más comunes a viajeros en Chile y cómo prevenirlas.

3 comentarios

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  2. Juana

    Muchas de estas cosas me han pasado en distintos lugares. Gracias a muchos comentarios en la red sali con bien. Salvo en NY q los 2 taxista q indues, le buscaron la vuelta para hacer q el viaje de U$7 costara U$20.
    En todos lados hay sin verguenzas. Hay q estar alerta.
    Gracias x tu informe

  3. veonica

    En Praga si llegas a la estación del metro /subte sin tickets un par de guardias te piden el pasaporte (y para devolvertelo) te cobran 30 €..supuestamente estas infringiendo la ley por no tener tickets (nosotras..dos amigas y yo…queríamos comprar tickets ..no sabiamos donde)…nos hicieron una especie de multa (que segun nos informaron Esa multa no se les paga a los guardias si no en unas oficinas)…cuando en otras ciudades la «multa» es pagar el ticket de nuevo (le paso a un amigo en Madrid) y en Ginebra (a una turista el inspector le pidio el ticket…espero dos minutos…y le cobro el doble del valor del pasaje)… A nosotras en Praga no tener un ticket (buscando información para comprar) nos costo 30€ a cada una para recuperar nuestros pasaportes…

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