Un free walking tour por cuatro iglesias barrocas de Roma que te deja sin aliento: la arrogancia y el talento de Caravaggio plasmado en su máxima expresión, el efecto 3D 200 años antes de que se inventase, la iglesia más auténtica y menos reconocida de Roma y una cúpula que es un efecto digno de un maestro de la ilusión.
El punto de encuentro es la Piazza de Sant’Agostino. Allí nos espera Marian, nuestra guía. Una venezolana súper informada y simpática que nos dice: «Para entender el tour hay que remontarse al Barroco, para conocer las iglesias que se construyeron en Roma en torno a 1600 d.C».
Rafael, Giacomini, Bernini y Caravaggio parece el mediocampo de un equipo italiano de la década del 50, pero no, son cuatro artistas italianos que dejaron obras invaluables en la Basílica de San Agustín, primera parada del tour.
Caravaggio desafía al Vaticano en una iglesia de Roma
Parados frente a «La virgen de los peregrinos de Caravaggio», y después de poner una moneda de un euro en una máquina que ilumina la obra por cinco minutos, la guía nos cuenta la fricción que se produce por esta obra entre el Vaticano y el artista italiano. ¿Por qué? Porque Caravaggio había tomado como modelo para pintar la cara de la virgen a Lena, una prostituta. Imaginen el revuelo que se armó en uno de los salones del Vaticano cuando miembros de la Iglesia y personal de la servidumbre empezaron a reconocer a Lena en la pintura. Caravaggio zafa y su obra también.
¿Quién no se iba a convertir al cristianismo en esa época después de escuchar la historia de Santa Mónica? Qué persona que esté sufriendo violencia o esclavitud no iba a depositar su fe en devociones como la que esparcía la historia de Santa Mónica? Una mujer que mediante Dios pudo cumplir sus propósitos, dejar de ser una mujer violentada y convertir a su hijo Agustín al cristianismo. Nos quedamos observando el sarcófago original de la Santa en su capilla, dentro de la Basílica de San Agustín.
Los frescos de fines del siglo XVI que están sobre la capilla fue realizado por aprendices, por eso no son tan realistas. Lo impresionante son los ojos morados de algunas de las chicas pintadas, símbolo de la violencia que sufrían y la manera que había, a través del arte, de manifestarlo.
Efecto 3D en una iglesia de Roma en el siglo XVI
Si pensamos en el efecto 3D lo primero que se nos viene a la mente son las imágenes o videos que veíamos cuando éramos chicos con ayuda de unos anteojos especiales. Ahora, si nos paramos frente al fresco de Rafael que representa al profeta Isaías y vemos el efecto de profundidad en la tela que cubre a Isaías y su pie que parece que salen del fresco, mamita estamos frente a un adelantado.
Si a esto le sumamos el efecto de movimiento que hay en el brazo y pie izquierdo del profeta que pareciera querer levantarse, mostrar sus pergaminos y salir corriendo estamos frente a una obra distinta, adelantada a su época. Lo loco es que Rafael pintó el fresco en 1512, apenas unos años después de que Colón arribe a América.
En una iglesia de Roma el arte le gana al oro
Segunda iglesia del tour, la iglesia de San Luis de los franceses es incómoda, no se puede estar mucho tiempo dentro. Solo el tiempo suficiente para contemplar tres obras de arte de Caravaggio. Nadie levanta la vista para ver los cientos de kilos de panes de oro del techo que decoran de una manera obscena y que hace achinar los ojos.
Lo primero que hacemos al entrar es ir como zombies hasta «La vocación de San Mateo», una genialidad de Caravaggio. San Mateo, un recaudador de impuestos, es sorprendido por Jesús que entra como un rayo a una taberna donde están contando la recaudación. Sorprende como el juego de luces y sombras realza protagonismos. Inclusive, es llamativo como uno de los compañeros de San Mateo no se inmuta y sigue contando monedas. Contemplamos el cuadro hasta que un guía nos dice que todos tenemos derecho de apreciar la obra de Caravaggio. Tiene toda la razón pasa que Caravaggio hipnotiza.
De las caras de sorpresa pasamos a los rostros del horror y la tragedia de «El martirio de San Mateo» de Caravaggio. El Santo es atropellado por un soldado etíope enviado por el Rey Hirtacus, un ángel se asoma y la multitud observa azorada. Un dato curioso: Caravaggio queda plasmado en el óleo con un autorretrato con una mirada indiferente frente al martirio.
Completan el tríptico de la Capilla Contarelli, «San Mateo y el ángel», una obra en la que el pintor tuvo que negociar ya que su primera versión fue rechazada por mostrar los pies sucios del Santo y a un ángel demasiado «cercano» que se le abalanzaba. Se apaga la luz de la capilla y la oscuridad dura menos de dos segundos. En ese momento, un guía pone otra moneda de un euro en la máquina que hay para iluminarla, lo que vale un café espresso en la barra. Ah, esta iglesia tiene el órgano más grande de todas las iglesias de Roma.
San Eustaquio: la más falsa y la más verdadera de las iglesias de Roma
En esta iglesia, no hay cuadros relevantes ni oro, ni arquitectos famosos en su construcción. Los romanos dicen que es mala suerte casarse allí por la cornamenta que hay en su fachada. No tiene el reconocimiento del Vaticano, por ende tampoco su ayuda económica.
Sus paredes parecen de mármol pero no lo son, sus flores son de plástico y los cuadros no son de artistas reconocidos. Son los vecinos los que a pulmón colaboran y limpian para que esta estructura no se venga abajo. Una de las capillas en lugar de símbolos religiosos tiene ollas enormes que hacen a la pseudo cocina para darle de comer a una treintena de personas que buscan un plato de comida.
Su cura nos saluda apenas cruzamos la entrada. Mientras a preparar las mesas que están en la entrada que hacen de comedor y ayuda a entrar packs de agua mineral. Aquí necesitan las monedas de un euro para iluminar la verdadera misión de la Iglesia, ver y atender las necesidades del prójimo.
San Ignacio de Loyola tiene una cúpula que no lo es
Se creó en 1685 para que los jesuitas de los cuatro continentes encuentren comunión en Roma. Andrea Pozzo, un maestro de la ilusión se encarga de crear una ilusión óptica en un techo plano que parece abovedado. Más allá de lo magnífico del efecto visual, el fresco de 40 metros de largo por 17 de ancho, representa la misión jesuita por todo el mundo. Sus colores brillantes, el efecto de profundidad y los detalles lo convierten en una obra de arte.
Y lo más impresionante es la «cúpula». Por problemas de presupuesto no se pudo hacer y que parece que hubiera por un efecto visual al que se llega con la técnica ilusionista de la Quadratura.
Cuatro iglesias, cada una con historias que atrapan. Aquí te contamos una pincelada para que vayan saboreando el tour de iglesias barrocas de Roma de Civitatis. Reservá ahora! ES GRATIS!