Con 300 días de sol al año la capital del departamento de Hérault nos recibe con monumentos magníficos, plazas y crepres. Entre Barcelona y París, en el sur de Francia, hay una ciudad vibrante que no pasa desapercibida. Te contamos qué hacer en Montpellier en 48h.
Como te contamos en el posteo anterior llegamos a Montpellier desde Barcelona en tren en un viaje de poco más de tres horas. Era primera vez en el sur de Francia y teníamos muchas expectativas ya que siempre el viaje estuvo en el tintero y nunca había tomado forma por diferentes motivos, principalmente porque pensábamos que la ubicación geográfica de esta región no era la mejor para conectar con otros destinos. Gran error ya que es muy fácil, cómodo y económico moverse en tren desde España hacia el sur de Francia.
Los europeos se la pasan hablando del clima y tienen razón, la verdad es que hay ciudades donde llueve mucho o tienen temperaturas frías gran parte del año. Una ciudad privilegiada es Montpellier que presume ser la ciudad francesa con 300 días de sol al año. Además, tiene el Mediterráneo a escasos once kilómetros, y recorrer su centro histórico –casi libre de autos- es placentero gracias a tener grandes zonas peatonales.
Ahora sí, después de dejar las valijas en el hotel caminamos unos veinte minutos en dirección al centro y haciendo una parada obligada en un supermercado desbordado de cosas ricas enfilamos hacia el caso histórico con agua Evian y sanguches de salmón, todo por 6 euros. Después de zigzaguear algunas cuadras nos topamos con la plaza de la Comédie o plaza del huevo por su forma ovalada, el corazón de la ciudad. En su centro tiene la fuente de las Tres Gracias, realizada en 1790 por el escultor Étienne Dantoine en un bloque de mármol de Carrara, una finura.
Entre sus edificios más pomposos se encuentran una ópera del siglo XVIII y el cine Gaumont. La plaza rebosa de cafeterías y es en su centro es donde te podés encontrar desde un rapero, una batalla de hip hop, hasta un flaco haciendo covers de U2. De día iluminada por los rayos del sol que refractan en la fuente y los antiguos edificios e iluminan el piso o de noche con las luces de los faroles y un café en la mano es uno de los imperdibles de la ciudad. Muy recomendable para antes o después de una larga caminata.
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Como los obeliscos egipcios que están desparramados por diferentes ciudades del mundo en varias ciudades europeas hay arcos del triunfo y Montpellier no es la excepción: el Porte du Peyrou, nada que ver con Silvia Peyrou –actriz argentina-, es un Arco del Triunfo de 15 metros de alto. Un detalle: los bajorrelieves de este Arco de 1691 hacen referencia a triunfos de Luis XIV. Lo malo: no nos avivamos de subir a la cima del Arco desde donde dicen que hay vistas alucinantes. La avenida La Rue Foch comienza justo detrás de la Puerta y nos lleva directamente al centro medieval de la ciudad. En el camino hay locales de marcas de lujo como Louis Vutton, Prada o Chanel.
Atravesamos el Arco y llegamos hasta la antigua torre de agua y el acueducto. Desde allí las vistas de la ciudad son asombrosas donde asoman los tejados de la parte más antigua de Montpellier. Los arcos del acueducto Saint-Clément son ideales para practicar con la cámara de fotos y jugar con las distintas perspectivas mientras unos tipos de uno vaya a saber donde graban un documental. Sus 21 metros de alto pueden verse tras la torre de agua. Esto es una muestra de que una vez más los romanos dejaron su huella.
Tentados de algo dulce vamos hasta el centro comercial y nos topamos con el mercado cubierto Les Halles Castellane – 8 Place Castellane-. Con 26 comercios es ideal para disfrutar una créme brulee -5 euros- o una mousse de chocolate -3 euros-. Abierto toda la semana de 7.30 a 19.30 aquí se puede conseguir de todo para armar un buen picnic con un par de baguettes, quesos y unas frutillas.
Con suficiente azúcar para no desmayarnos seguimos el derrotero hasta el Museo Fabre –39 Bd Bonne Nouvelle– donde nos reciben Courbet, Monet, Renoir y hasta el mismo Fabre. Si les gusta un combo de arquitectura y arte este Museo de Bellas Artes albergado en el Palacio Sabatier d’Espeyran es una excelente opción. Valió la pena que estuviera cerrado cuatro años para la obra que se mandaron los franceses –triplicaron la superficie del museo-. Frente al museo la explanada Charles de Gaulle, un conjunto de parques y jardines más que interesantes para descansar un rato a la sombra de algún árbol de plátano.
Es inevitable estar en una ciudad europea y no meterse en una catedral. La Catedral Saint Pierre, de estilo gótico con torres, torretas que parecen misiles y murallas es la única iglesia que no fue atacada en las guerras de religión. Un dato: en su interior hay una obra de arte de Sébastien Bourdon que te hará teletransportar a la Montpellier del siglo XVII.
Montpellier, además de catedral, arco del triunfo, acueducto y plazas tiene algo que la mantiene más viva que nunca: el street art es obligatorio si querés perderte por el barrio de Rondelet y contemplar verdaderas obras de arte sobre murales. Además, hay instalaciones en cuanta pared haya. Una que nos llamó la atención es una bicicleta incrustada en una pared. Un dato curioso: la ciudad tiene 250 mil habitantes de los cuales 60 mil son estudiantes y del total de la población la mitad tiene menos de 35 años. En síntesis, una ciudad con cientos de años muy joven y con paredes que así lo manifiestan.
Si bien la mejor comida de Montpellier se encuentra en Mas de Lafeuillade hay un local de clásicos que es imperdible: Kreisker tiene nombre de soldado alemán pero es la mejor crepería de la ciudad. Cada panqueque es una delicia y el más caro sale 12 euros, bueno, rico y barato. Se jactan de dos especialidades: uno que tiene crema de vieiras y manteca de caracol, y de postre el de manzanas dulces caramelizadas. ¿Dónde? 3 Passage Bruyas Atención: cierra los domingos.
Me encantó el relato de vuestro paseo.Me dan ganas de ya salir para ahí.Tengo planeado un viaje para el correr de este año,si puedo trataré de agregarlo al circuito.Muchas gracias x compartir!!
Estuvimos ahí hace varios años…una ciudad increíble,de varias universidades,sus calles estrechas la plaza principal,llena de terrazas…etc Hermosa
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