Šentjošt: Un refugio entre montañas cerca de Liubliana

Šentjošt: Un refugio entre montañas cerca de Liubliana

Si buscas una experiencia diferente y menos conocida cerca de Liubliana, Šentjošt es tu lugar. Este encantador pueblo enclavado en los Dolomitas Polhov Gradec combina a la perfección historia, tradición y naturaleza. Visitamos este refugio invernal en diciembre y te aseguramos que es ideal para quienes desean desconectar del mundo, rodeados de paisajes soñados y una calidez humana que sorprende.

Un pueblo con historia y tradición

Šentjošt ha visto pasar celtas, comerciantes romanos y artistas medievales. Fue un punto importante durante las guerras mundiales, pero hoy es un rincón pacífico que invita a relajarse. Paseá entre colinas nevadas, bosques infinitos y visita la histórica iglesia de St. Jošta.

En diciembre de 2019, dejamos Liubliana atrás y nos adentramos en Šentjošt, un pequeño pueblo enclavado en el corazón de los Dolomitas Polhov Gradec, donde la historia y la naturaleza se entrelazan de manera única. Este rincón de Eslovenia ha sido testigo de siglos de vida: desde los celtas y los comerciantes romanos hasta los fresquistas medievales que dejaron su arte en sus iglesias. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, también marcó momentos clave de resistencia y lucha. Pero hoy, Šentjošt es un refugio de tranquilidad, rodeado de colinas, bosques y una hospitalidad que te hace sentir como en casa.

¿Cómo llegar a Šentjošt desde Liubliana?

Desde la estación central de Liubliana salen buses con mucha frecuencia al día. El día que llegamos a Liubliana fuimos a averiguar y compramos los tickets ida y vuelta en la boletería. Les recomendamos que hagan lo mismo.

¿Dónde alojarse en Šentjošt?

Nuestra base fue la casa Možinet, una construcción de más de 400 años que combina la tradición con las comodidades modernas. Allí nos esperaba Peter, el anfitrión más simpático que podríamos imaginar. Nada más llegar, nos sorprende sacando un mate de su alacena, ¡se lo regalaron unos amigos argentinos! Entre charlas sobre sus viajes y la casualidad de que tiene familia en Castelar (muy cerca de donde vivimos), nos mostró el que sería nuestro departamento: amplio, cálido y equipado con todo lo que podés necesitar, desde cocina completa hasta una mesa de pool. Aunque no ofrecen desayuno, Peter se aseguró de llenar la heladera con un festín de productos locales: yogur, salchichas, quesos, mermeladas y más. ¡Un lujo inesperado!

Feria local y taller de frescos

Šentjošt nos recibió cubierto de nieve, como una postal invernal. En este pueblito, donde el tiempo parece detenerse, nos encontramos con una feria de productores locales, montada en un bosque mágico rodeado de fogones encendidos que le daban un calor especial a la tarde. Entre los puestos, conocimos a Vid y Anita, un matrimonio que se dedica a restaurar frescos y organiza talleres para quienes quieren aprender esta técnica. Su pasión nos contagió, y pronto estábamos en un taller al aire libre, con las montañas de fondo y el aroma de la sopa de carne y el punch caliente acompañándonos. Cada rincón del pueblo, desde la histórica iglesia de St. Jošta hasta los caminos que serpentean entre prados y bosques, parecía salido de un cuento.

Šentjošt no es solo un destino; es una experiencia que abraza el alma. Perfecto para quienes buscan desconectar, conectar con la naturaleza y descubrir historias que inspiran. Si estás pensando en explorar Eslovenia, anotá este lugar en tu lista. ¡Te va a encantar tanto como a nosotros!

Comer en Šentjošt: Gric, restaurante de montaña

Invitados por la Oficina de Turismo de Eslovenia fuimos hasta Gric, un restaurante familiar ubicado en el pueblo de Šentjošt. Están desde 1993, y desde 2009 el restaurante está dirigido por el chef Luka Košir, un genio que se acercó después de la comida para conocernos.

La oferta del restaurante se basa en el uso de ingredientes locales a lo que se le suma pesca del Adriático. El menú cambia seguido y depende de las estaciones y los ingredientes frescos disponibles en ese momento. Lo curioso es que ofrecen solo menús de degustación por lo que si vas a pedir a la carta este no es el lugar.

Comida directamente del campo al plato. Y es que el entorno natural es inmejorable, la naturaleza que nos rodea es generosa y la vista se pierde entre las colinas. Utilizan métodos de almacenamiento tradicionales y modernos desde el decapado, salazón, secado, ahumado, fermentación hasta mermeladas, compotas y licores caseros. La comida se almacena en plena madurez y la ofrecen en los meses en que no está en la naturaleza. El 80% de las frutas y hortalizas se cultivan en la granja de origen. Además, tienen la primera granja de patos ecológica certificada de Eslovenia.

Cada plato fue exquisito: paté de pato sobre una salsa de manzana, pez bonito del Mar Adriático estacionado por 40 días, ravioles de camarón con salsa de langosta, pato con polenta y trufa blanca, venado, y de postre brownie con helado, gomitas de eucalipto y zanahoria caramelizada.