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Leyendas de la Plaza del Mercado de Cracovia

Leyendas de la Plaza del Mercado de Cracovia

Todas las grandes ciudades tienen sus plazas principales pero la de Cracovia es especial. Tiene historias terroríficas, de competencia extrema, fue testigo de la peste negra, por su empedrado andan carruajes con caballos que esconden algunos datos interesantes y hay una dama de negro asustando a las personas. Además, una leyenda dice por qué es la plaza con más palomas. Y por si esto fuera poco fue la plaza más grande en la Europa de la Edad Media.

Free tour por Cracovia

Nuestra recomendación es que SIEMPRE reserven al menos un free walking tour para hacer apenas llegan a una ciudad nueva.

En Cracovia hicimos tres:

Si pueden, hagan los tres. Los guías son muy buenos, son especialistas en historia y se toman su tiempo en que todos comprendan la dura historia de Cracovia y Polonia.

Destacamos siempre la dedicación de los guías que hacen free walking tours. Por ejemplo, el free tour por el barrio judío duró 3 horas. Reservamos el de las 16,30 horas por lo que finalizó de noche. Tengan en cuenta que viajamos en diciembre de 2023, pleno invierno, con muchísimo frio. Así y todo la guía cumplió con el itinerario. Son excelentes profesionales y transmiten su pasión por la historia.

Recomendación imprescindible: Krakow Card

El citypass de Cracovia fue uno de los mejores pases en todo el viaje de 6 meses! Vas a ahorrar mucho dinero en los pasajes de transporte, inclusive en el viaje desde el aeropuerto hasta el alojamiento. Si te gustan los museos vas a poder visitar más de 40 museos. Además, el transporte público gratuito te facilitará también conocer más de lo cultural de esta ciudad. Con el pase viene una guía muy completa de la ciudad con todos sus beneficios. Hey! Damos fe de que entramos a la fábrica de Schindler por tener la Krakow Card mientras un grupo de seis españoles se lamentaba de no haber comprado las entradas con anticipación.

El precio va desde los 35 euros, por lo que con el beneficio del transporte público más la entrada a la fábrica de Schindler el pase se paga solo.

Dónde alojarse en Cracovia? The Secret Garden es la respuesta

Ubicado en Kazimiers, el barrio judío de Cracovia, nos alojamos en el mejor departamento de todo el viaje. Cocina, baño enorme, living comodísimo y dos habitaciones por si no alcanzara con una. Cerca de restaurantes y bares espectaculares y muy económicos.

Recomendadísimo el restaurante familiar Kuchnia u Doroty -Augustiańska 4-. No pueden pasar por Cracovia sin probar el schnitzel con papas y los pierogy, una especie de dumplings polacos. Ojo que cierra a las 9 de la noche! Tenemos que avisar que el departamento está a 20 minutos a pie del centro.

Para ver la disponibilidad y las tarifas del hotel The Secret Garden, hagan click aquí.

Hagan bien la valija si viajan a Cracovia en invierno

Importante: Viajamos a principios de diciembre y el frío hizo que tengamos que ir a un shopping a buscar calzado que se banque el frío. Por suerte teníamos calzas térmicas, buenas camperas y medias gruesas! Pero ni se les ocurra ir con zapatillas de esas que usan los caminadores seriales, las ultra livianas que tienen agujeritos por todos lados. Ojo que no es un frío que no te deje salir a caminar, el tema es que nuestras zapas eran muy primaverales.

Los imperdibles del casco antiguo de Cracovia

La plaza medieval más grande de Europa

La plaza del mercado es considerada la plaza medieval más grande de toda Europa con 40mil m2. En la antiguedad, el trompetista tocaba al amanecer y al anochecer (hoy lo hace a cada hora). Cuando tocaba al anochecer se cerraban las ocho puertas de la ciudad y todo quedaba en penumbras, la ciudad quedaba alumbrada por unas pocas antorchas. Ese era el momento perfecto para que los ladrones robaran en las plazas y cuando los agarraban les cortaban pequeñas partes del cuerpo como nariz, una oreja, un dedo. No andaban con vueltas los cracovianos.

El objetivo era que esta persona quedara identificada con lo que había hecho y que todo el mundo supiera que era un ladrón. Pero los ladrones no eran el único problema que había en la Edad Media. El otro gran problema era la falta de higiene, imagínense el barandazo. En cada iglesia había una campana afuera que se hacía sonar cada vez que se estaba por morir alguien.

¿Cómo solucionaban el problema de la mugre por todos lados? Lo que se hacía en esa época era hechar capas de paja y tierra. El tema es que las personas seguían tirando basura y en algunos lugares de la plaza las capas de basura, tierra y paja superaban los diez metros de altura del nivel original, el famoso colchón inflable.

Plaza chica, infierno grande

Caminamos hasta una plaza bastante más pequeña pegada a la plaza principal. Pero ¿Por qué hay una plaza tan chica al lado de la plaza medieval más grande de Europa? En este lugar se vendía la carne porque tenía muy mal olor, atraía a las moscas, y aquí venían los sirvientes y la gente pobre. Estaba separado de la nobleza que se quedaba en la plaza más grande.

Encima había centenares de ratas, portadoras de la pulga que transmitía la peste negra que no desapareció hasta el siglo XVIII. ¿Qué colocaron los cracovianos para que la peste desapareciera? Teniendo en cuenta que es el país más católico de toda Europa no es loco que hayan puesto la figura de una virgen que desde hace muchos años es reemplazada por un farol de la «buena suerte». «Siempre que esté encendido la peste no volvería», decían el tema es que se apaga seguido y por suerte, la peste sigue sin volver!

Marketing de la vieja escuela

Muy cerca de la iglesia había una antigua farmacia que funcionó hasta fines del siglo XVII. En esta farmacia no vendía aspirinas ni paracetamol! Pero entonces qué vendían?

Productos exóticos como vino, especias, tomates, papas y especialmente, el cacao proveniente de Etiopía. Es por eso, que en la fachada hay una representación de dos etíopes, una excelente manera de hacer publicidad y de identificar edificios! Así que ya sabés, si en algún negocio del barrio hay dos etíopes dibujados en la puerta del local entrá que hay cacao y vino!

El trompetista de la torre

Cuando los tártaros quisieron invadir Cracovia el trompetista avisó con trompetazo para que cerraran las puertas de la ciudad. Con tan mala suerte que una flecha atravesó su garganta. Desde ese entonces ma melodía del trompetista finaliza con un final abrupto que suena cada hora en la plaza de Cracovia para conmemorar la leyenda.

Actualmente, los encargados de la melodía rasgada son bomberos que están a punto de jubilarse y salen religiosamente cada hora en turnos de 8 horas para cubrir todo el día con una melodía con final inesperado. Siempre hay unas cuantas personas esperando el momento que dura segundos y termina con aplausos y el saludo del trompetista desde la pequeña ventana de la torre.

Caballos «chipeados» de Cracovia

Otra curiosidad que se puede ver en la plaza son los carros con caballos para pasear a turistas. Es un trabajo codiciado porque solo hay 40 licencias que pasan de generación en generación. Todo por la módica suma de 60 euros por 15 minutos para grupos de cuatro personas. ¿Cómo no van a querer tener una de las 40 licencias?

Inmediatamente le preguntamos a la guía por las condiciones de estos animales y nos dice que trabajan día por medio y que para hacerlo no tiene que hacer ni mucho frío ni mucho calor. Además, están «chipeados» para ser monitoreados para que el Ayuntamiento en caso de incumplir, les pongan multas importantes a los dueños de las licencias.

¿Por qué hay tantas palomas en Cracovia?

Cuenta la leyenda que un joven príncipe polaco quería unificar Polonia pero no tenía ni suficiente dinero ni soldados como para ir a Roma, conseguir el dinero suficiente y ser coronado rey. Así que le pidió ayuda a una bruja y la bruja le dijo que sí, que iba a convertir a los soldados en palomas para que por las noches recogieran piedras, que ella misma transformaría en oro y así obtener el dinero.

Así la bruja lo ayudó, el príncipe consiguió el dinero, fue coronado en Roma pero se le olvidó una condición que le había puesto la bruja, que los soldados volverían a ser humanos una vez que el soldado volviera a Cracovia. Pasa que el rey nunca regresó y es por eso que los soldados han quedados convertidos en palomas hasta nuestros días.

Dos hermanos: Dos torres

Cuenta la leyenda que la construcción de las dos torres de la Basílica Santa María que le dan un aire monumental a la gran plaza del mercado fue encomendada a dos hermanos.

Al principio iba a tener dos torres gemelas, una construida por cada hermano pero la competencia hizo que el hermano mayor asesine con un cuchillo a su hermano menor y tire el cuerpo al río Vístula. Así alcanzó a construir la torre más alta de la Basílica pero la conciencia no lo dejaba dormir y se suicidó con el mismo cuchillo con el que había matado al hermano. El cuchillo dicen que es el que está colgado en una de las paredes de la plaza que además, sirve para disuadir a amigos de lo ajeno.

El teatro del terror

En el sótano de la torre del antiguo Ayuntamiento, hoy hay un teatro, pero en la Edad Media allí estaba la sala de torturas. En ese tenebroso lugar lleno de elementos que con solo verlos se te pone la piel de gallina es donde vivía el verdugo.

Este tipo era un especialista de la anatomía humana que sabía cuáles eran los límites del dolor para torturar y que la víctima si tenía la «suerte» de solo ser torturada cuente todo lo que sabía, si se trataba de un ladrón o un asesino, por ejemplo. Además, si el verdugo se llegaba a equivocar, la cabeza que iba a rodar era la de él.

La dama de negro de Cracovia

En el siglo XX hicieron una exposición de arte y los guardias que custodiaban el edificio por la noche aseguraban ver a una mujer vestida de negro deambulando por los pasillos. Y dice que cuando se acercaban a ella para hablarle, la mujer se esfumaba. Todo el mundo pensaba que los guardias se pasaban de vodka y fantaseaban.

Unos años después se encontró el diario íntimo de un sacerdote que oficiaba misas en la Basílica de Santa María y ese diario le dio un poco más de credibilidad a la historia. En esas hojas amarillentas y polvorientas decía que cuando el sacerdote era joven dos personas muy nerviosas lo habían parado en la calle y le habían pedido que le diera los últimos sacramentos a una chica que estaba a punto de morir. El sacerdote accedió, le taparon los ojos, lo subieron a un carruaje y después de varias vueltas a la ciudad llegó a destino. Cuando le sacaron la venda estaba en una habitación del Ayuntamiento junto a un verdugo.

Siempre que entra un mayordomo…

Cuando no se sabía bien que pasaba entra a la habitación un mayordomo que lleva de su mano a una joven vestida de negro. La joven se veía bien de salud aunque angustiada porque sabía que su final estaba cerca. Ahí fue cuando el verdugo le cortó la cabeza a la chica, antes el sacerdote helado y sin escapatoria le dio la extremaunción.

En un ambiente lúgubre, el mismo mayordomo entró a la habitación con dos copas de vino en modo de agradecimiento para el verdugo y el sacerdote. La copa duró pocos segundos en la mano del verdugo quien la bebió de un sorbo mientras que el sacerdote intuyendo algo raro dejó correr el vino dentro de su ropa simulando que entraba en su boca.

¿Y qué pasó?

A la mañana siguiente el verdugo amaneció muerto mientras que el cura se había salvado del envenenamiento. Muchos años después el sacerdote se entera de que lo que había pasado con la chica era que al pertenecer a una familia noble y al tener un amor no correspondido sus padres habían decidido matarla. Así de drásticas eran las decisiones en esa época.

Lo curioso es que en la década del 30 del siglo XX hicieron remodelaciones en la calefacción del edificio, picaron muchas paredes y en una de las paredes del sótano encontraron un esqueleto con la cabeza a un metro y medio y ropa negra. Dicen que en la iglesia de los dominicanos la chica se pasea por la noche…

Salvado por la campana

Se calcula que hace muchos muchos años en Cracovia de treinta personas que se enterraban una estaba viva. Por eso a cada cuerpo le ataban al dedo pulgar una campana que salía fuera del ataúd para que en el caso de que la persona fuese enterrada viva haga sonar la campana y así fuese desenterrada inmediatamente.

Resulta que por las inclemencias climáticas las campanas vivían sonando y nadie les prestaba atención. Así que «salvado por la campana» solo se convirtió en una frase que trascendió los tiempos y que fue de poca ayuda para enfrentar a la catalepsia.