La segunda parte del viaje fue muy especial porque después de siete años iba a volver a viajar sola. Con Sergio nos despedimos en Wellington y cada uno siguió su ruta: él llegó a Auckland para estudiar inglés y yo, a la aventura en la isla sur de Nueva Zelanda!
Ferry de Wellington a Picton
Después de más de una semana de estar juntos en la isla norte, llega el día de separarnos (yo para seguir recorriendo la isla sur de Nueva Zelanda y Sergio para estudiar). La despedida fue en el puerto desde donde sale el Interislander Ferry que va desde Wellington a Picton. Un cielo gris, una brisa fresca, una señora violinista y un nene con un diario bajo el brazo hicieron la escena más triste. Mentira, aunque le hubiese agregado dramatismo a la despedida jajaja.
En Nueva Zelanda todo funciona y nos dio la sensación de que todos confían. Por ejemplo, todos los recorridos los hicimos en bus con la empresa Intercity y nos sorprendió ver que antes de subir nadie nos pedía una identificación, con solo decirle nuestro nombre al chofer era suficiente.
Al tomar el ferry pasó algo parecido. Llego al mostrador para hacer el «check in» y despachar mi valija, un empleado con un aire a Richard Gere me pregunta si tengo ticket y cuando le digo que sí, directamente toma mi valija para despacharla y darme el comprobante. «¿No quiere ver mi pasaporte para comprobar que tengo reserva?», pregunto sorprendida. «No hace falta», sentencia Richard.
El viaje en ferry desde Wellington a Picton dura tres horas y media atraviesa los fiordos de Marlborough Sounds, es considerado uno de los paseos en ferry más pintorescos del mundo.
Importante: El ferry Interislander está incluído en los pases de Intercity!
Les dejamos el link a nuestro post sobre nuestro itinerario completo de viaje por NZ con el pase de Intercity Island Loop Pass.
Para optimizar tiempos y energía decidí tomar el ferry para llegar a la isla sur de Nueva Zelanda en Wellington a las nueve de la mañana y llega a Picton a las 12.30 del mediodía. El plan es pasar el día y tomar el Intercity a Nelson a las 6 de la tarde. Para hacer esto tuve que dejar la valija en uno de los lockers que hay en la estación de ferry. Un consejo: apenas bajen del barco vayan a buscar un locker porque hay pocos. El costo es de 2 NZD las 6 horas.
La principal atracción en Picton es hacer el Queen Charlote track a pie o en bicicleta, pero yo tenía ganas de pasar un día tranquilo y relajado. Como me tocó un día soleado, con temperatura agradable y cielo despejado, me dediqué a caminar y tomar fotos por el Picton Memorial Park.
Bus de Picton a Nelson con Intercity
A las 18h volví a la estación de ferries para tomar el bus de Intercity a Nelson -que no es De la Rosa-. Cuando el chofer controla el pasaje me pregunta en dónde me voy a alojar. Le digo que mi hostel era el Almond House, pero como no lo conoce lo busca en Google Maps. Después de unos minutos me dice que mi alojamiento estaba un poco lejos de la terminal, así que iba a parar antes para dejarme lo más cerca posible para que no tenga que caminar tantas manzanas sola en la oscuridad. Su gesto y su parecido con Mc Gyver me dio tranquilidad, porque si bien sabía que estaba en un país seguro, este viaje en bus de noche un poco me inquietaba.
Nelson es un pueblo muy pequeño, y al ser temporada baja en la isla sur de Nueva Zelanda, a las 9pm ya está todo cerrado, así que si van a llegar de noche les recomiendo que antes de viajar se adelanten y compren algo para cenar.
Excursión al Parque Nacional Abel Tasman, imperdible de la Isla sur de Nueva Zelanda
Al día siguiente, bien temprano me pasó a buscar un guía de Abel Tasman Sea Shuttle para ir a pasar el día explorando el Parque Nacional Abel Tasman, nombre en honor al explorador holandés.
Reservé la opción full day tour y en particular el tour Discover Day. La empresa tiene varias alternativas según el tipo de actividades que quieras hacer, si querés hacer playa, kayak o caminar por el bosque. Al viajar en otoño, elegí la opción de caminata que atraviesa un puente colgante.
De Nelson fuimos en combi hasta Kaiteriteri. En la oficina te dan el ticket, el mapa y te explican el recorrido. El tour en realidad es un recorrido auto guiado. En mi caso, por la opción que elegí, me dijeron que el barco me iba a dejar en Medlands Beach y desde allí debía seguir el camino de 10k hasta llegar a Anchorage Beach. A algunos 10k les puede parecer mucho, anímense que es una caminata sencilla y 100% disfrutable.
El recorrido está tan bien señalizado que lo puede hacer hasta Andrea Bocelli. Los paisajes son tan diversos como espectaculares, ríos, arroyos, cascadas, playas y como en un cuento infantil las aves y sus cantos acompañan cada paso. Si viajan en verano, lo mejor es reservar las opciones que permiten pasar más tiempo en la playa.
Un dato importante es que dentro del parque no hay lugares para comprar comida o agua, así que compren provisiones en Nelson o en Kaiteriteri antes de tomar el barco porque sino van a sentirse como Tom Hanks en «El Náufrago».
A la vuelta, ya de noche y agotada de caminar tanto me autopremié y fui a Burguer Culture a comer una súper hamburguesa con queso azul y una cerveza 🙂 Tranqui a 120.
Viaje en bus de Nelson a Franz Josef por la West Coast
Intercity no tiene una ruta directa de Nelson a Franz Josef, hay que hacer un trasbordo en Greymouth. Mi duda era saber qué pasaba si el bus no llegaba a tiempo, si perdería la conexión o si el bus espera a que estén todos. Cuando llego a la estación de buses de Nelson le pregunto al chofer y me dice que al llegar a Greymouth se cambia de bus pero que el chofer sigue siendo él, así que no hay forma de perder el bus de Greymouth a Franz Josef. Respiro tranquila de nuevo.
Recorrer la West Coast es un GRAN imperdible de la isla sur de Nueva Zelanda. Este viaje en bus dura todo el día, pero los buses de Intercity están muy bien preparados con wifi, asientos cómodos, aire acondicionado y choferes que además, son guías y avisan cuando estamos por pasar por un punto panorámico para que saquemos fotos y videos.
Con un bus casi vacío enfilé hacia adelante para aprovechar las vistas. Un lugar privilegiado para disfrutar de un paisaje imponente con el Mar Tasman como protagonista. En varias partes del trayecto se ve que paralelo a la ruta hay unas vías ferroviarias, el guía nos cuenta que hasta hace unos años, en los puentes las vías del tren iban por el mismo camino que los autos, por lo que había que tener muchísimo cuidado!
Cuando llegamos a las famosas Pancake Rocks el bus hace una parada de media hora, el tiempo para mi gusto es algo escaso.
Seguimos la marcha y al mediodía paramos en Hokitika -sigo en la isla sur de Nueva Zelanda, no es Japón- y el chofer recomienda que vayamos al supermercado New World para comprar algo para almorzar y abastecernos de comida porque en Franz Josef los precios son mucho más altos. Tomo el consejo y me alzo con un paquete de fideos, queso y calditos para sopa como si se tratase de la última cena.
Al final del viaje, el chofer entra al pueblo Franz Josef, que es muy pero muy chico -tiene poco más de 300 habitantes- y nos va dejando a todos los pasajeros en nuestros respectivos alojamientos, el famoso puerta a puerta. El mío era el hostel YHA Franz Josef, un lugar cálido y cómodo, lo más parecido a un hogar! Super recomendable.
Imperdible caminata sobre el Glaciar Franz Josef
Me levanto súper temprano y voy a desayunar un café con huevos revueltos al bar The Landing que me lo recomendó uno de los chicos de la recepción del hostel. Estoy muy emocionada porque sé que llegó ÉL día de hacer la excursión al glaciar Franz Josef. El heli hike es básicamente subirse a un helicóptero, aterrizar sobre el glaciar y recorrerlo a pie con ayuda de un guía.
Como estoy sola, los nervios y la expectativa empiezan a crecer. Si no existiese el frío seco y estuviese en medio de un glaciar mis manos estarían transpiradas. Voy al local de Franz Josef Glacier Guides y veo que soy la única persona sin compañero de viaje y los nervios suben. Para colmo me hacen firmar un papel en el que dicen que la empresa del tour no puede asegurar que no me vaya a pasar nada y que para hacer la excursión es necesario tener buen estado físico. Estoy al horno, pienso y recuerdo cada vez que me quedé mirando Netflix en lugar de salir a correr. Me adelanto al relato y aclaro que, si bien hay que ser prudente al hacer este tipo de tours, los guías te asisten en todo momento y el recorrido se hace a un ritmo lento para que todos puedan disfrutar, hasta los más «lentejas». La empresa reparte el equipo necesario que consiste en un pantalón especial que se coloca arriba del joggin o leggin que estés usando, un abrigo polar, una campera, botas, ganchos especiales que se sujetan a las botas para caminar sobre el hielo y una riñonera noventosa para llevar la cámara y el celular. No se pude vestir jeans, zapatos de gamuza azul ni llevar selfie stick extensible.
Dos días antes de llegar a Franz Josef recibo un mail de la empresa que decía que por cuestiones climáticas se cancelaba la caminata por el valle hacia el glaciar, así que le recé a todos los dioses maoríes para que no se cancele el heli hike! Los guías nos dicen que tuvimos mucha suerte porque tuvieron tormentas fuertes en los últimos días por lo que tuvieron que cancelar todos los vuelos al glaciar y el nuestro era el primero. El clima estaba espectacular, cielo despejado y ni una nube. Mis plegarias fueron escuchadas, gracias, gracias y gracias!
Llega el momento de subirse al helicóptero y la experiencia es alucinante, me siento parte de la presentación de «Brigada A», de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida. Mientras volamos el piloto nos deja sacar fotos. Desde arriba se puede apreciar la inmensidad del glaciar, pero lo mejor es cuando empezamos a descender porque de a poco se empiezan a ver a las personas que ya están en el glaciar como si fueran hormiguitas. Maldita sea, nada más gráfico que la inmensidad de la naturaleza frente a nosotros, puntitos negros que se pierden en lo blanco del glaciar.
Ya sobre el hielo nos explican que el tiempo puede cambiar en cuestión de pocas horas y que un día que empieza soleado puede empezar a nublarse en minutos y empezar a llover, la vida misma. Si por cuestiones climáticas el helicóptero no puede regresar para ir a buscar a la gente que quedó en el glaciar, la única opción es acampar. El refugio está preparado con comida y juegos. Hay gente que se lo toma bien, como una aventura y hay otros que se quieren ir como sea, pero no hay opción, se tienen que quedar y esperar. El guía nos cuenta que de noche se ven miles de estrellas y hasta se puede vislumbrar el halo de la vía láctea. Al escuchar todo esto pienso que me encantaría exprimir al máximo el costo de esta excursión pasando la noche en el glaciar! Y que se pudraaa el climaa!
Después de casi tres horas de caminata por el glaciar me siento feliz, salvo por haberme quedado atascada en un túnel de hielo por mi falta de habilidad física. Tendría que haberle dado bola a las clases de educación física de la secundaria, maldita sea. Igual, todo salió bien, no me caí ni me resbalé y para mí eso es un gran logro. Prueba superada!
Por contratar el heli hike, la empresa regala una entrada gratis a las hot pools, así que como tengo la tarde libre, voy. En el camino me doy cuenta de que estoy caminando con una gran sonrisa en la cara. Me dí cuenta porque las dos personas con las que me crucé me miraron como diciendo «¿a esta loca qué le pasa?». Estaba feliz, viví una experiencia increíble y amo viajar, es mi mejor estado. Oh oh yeahhhhhhh!
Cómo exprimir Queenstown en tres días
La ventaja de haber elegido el hostel YHA de Franz Josef es que el bus de Intercity sale directamente desde la puerta, así que puedo esperar en la recepción sin tener que pasar frío 🙂
Para este trayecto me tocó un bus con techo transparente que permitía disfrutar a pleno del paisaje, fue como estar dentro de una caja de cristal con ruedas.
Disfruté mucho de los traslados con Intercity porque el servicio que ofrecen no es un simple traslado en bus de un punto al otro. Los viajes están planificados para hacer paradas estratégicas que permiten disfrutar de la belleza natural de las islas norte y sur de Nueva Zelanda y no perderse nada de lo que está en el medio entre el destino y la llegada. Por ejemplo, en este viaje, a los pocos minutos de salir del pueblo de Franz Josef, hicimos una parada en un punto panorámico para ver el Monte Cook, el otro punto fuerte de la isla sur. También paramos en la costa del Mar Tasman, en Knights Point, y en el famoso lago Wanaka. Todas perlitas de la isla sur de Nueva Zelanda.
Ya en Queenstown, después de hacer el check-in en el hostel YHA Queenstown Lakefront, salí a a caminar para ir a ver el atardecer al lago Wakatipu mientras disfruto de un helado de chocolate de Msr Ferg. La heladería queda en el centro de Queenstown al lado de las míticas hamburguesas Fergburger, consideradas las mejores hamburguesas del mundo. Y sí que son deliciosas y una bomba hiper calórica para hacerle frente al frescor. Recomendamos la Fergburger deluxe, carne de NZ, panceta, cheddar, tomate, lechuga y cebolla. Como plus podés elegir queso extra que puede ser cheddar, queso azul, suizo o brie. Si después de leer esto no se te hizo agua la boca tomá una getorei! jajajaja
Al día siguiente me encontré con Sergio que vino desde Auckland en avión para pasar el fin de semana juntos! Fue como el reencuentro del siglo (?), así que bien acaramelados -música de Titanic de fondo aunque con menos glamour- nos fuimos a ver Queenstown desde arriba en sus famosas góndolas, que son como nuestras aerosillas pero cerradas. Arriba del Skyline Gondola hay un bar, un restaurant con precios para alemanes adinerados y unos juegos para tirarse con unos deslizadores «luge». Nosotros solo subimos en la góndola y nos arrepentimos de no habernos tirado en el juego que se veía muy divertido.
Milford Sound: Excursión imperdible desde Queenstown
La excursión a Milford Sound es otra de las perlitas que tiene para ofrecer la isla sur de Nueva Zelanda.
Si compran el pase de bus de Intercity, la excursión con el crucero a Milford Sound está incluida! Desde Queenstown hay que tomar un bus de Great Sights. El viaje dura aproximadamente cuatro horas en la que se hacen varias paradas por los puntos principales del Parque Nacional Fiordland. Al mediodía se sube a bordo del crucero para almorzar y disfrutar por dos horas de los fiordos y las cascadas. Si quieren almuerzo buffet a bordo hay que pagar una pequeña diferencia que vale la pena para engullir arroz con verduras, pollo, bolitas de cordero especiado, entre otras delicias.
Veníamos con una buena racha climática en la isla sur, pero en Milford Sound no paraba de llover y las nubes estaban muy bajas. Eso nos frustraba un poco, aunque el guía nos explicó que este clima lluvioso y nuboso es lo más normal en Milford Sound. La típica postal publicitaria con la parejita hermosa hermosa y perfecta en el crucero con un paisaje soleado suele ser lo más atípico en el mes de mayo. De hecho tuvimos bastante «suerte» porque al día siguiente cerraron el acceso a Milford Sound por las fuertes lluvias.
A pesar de la lluvia, el viento y el frío la excursión fue mágica y pudimos capturar el imponente paisaje con algunas fotos aunque lo más bizarro fue como Sergio terminó el paseo. Resulta que el capitán del barco advirtió que nos estábamos acercando a unas cataratas, el tema es que Sergio estaba boludeando y no prestó atención a los consejos del capitán. El resultado: Sergio y un puñado de chinos empapados. Lo peor: el viaje de regreso a Queenstown pasado por agua.
Si no tienen el pase de Intercity, les dejamos el link para que contraten un tour a Milford Sound aquí.
La magia de «El Señor de los Anillos» la isla sur de Nueva Zelanda
Al día siguiente nos levantamos temprano porque Sergio y yo nos «separaríamos de nuevo» para que él siga con el curso de inglés en Auckland en el Instituto Nzist. Como volvía a estar sola, no me quedé quieta, y con la excusa de recorrer las locaciones donde se filmó la saga de «El Señor de los Anillos», reservo una excursión de todo el día con Nomad Safari.
El Full Day Lord of the Rings Tour arranca a las 8am. Por suerte, como es temprano y me cuesta madrugar, arreglé con anticipación que el guía me pase a buscar por el hostel YHA Lakefront.
Desde allí, el guía conduce bordeando el lago Wakatipu y hace varias paradas para sacar fotos. En cada lugar nos muestra que escena puntual se filmó y cómo la hicieron. Mi memoria para las películas es muy mala, y en ese momento lamento no haber visto «el Señor de los Anillos» y «Narnia» antes de viajar para tener las imágenes más nítidas.
Después de 45 minutos, llegamos al pueblo de Glenorchy para disfrutar del bosque de hayas y las cadenas montañosas de fondo. Luego nos adentramos en el Parque Nacional Mt. Aspiring para realizar caminatas. En el camino nos encontramos con muchas vacas sueltas que nos rodearon y miraron fijo. Seguimos camino atravesando varios arroyos al mejor estilo «turismo aventura» hasta la región llamada Paradise en donde bajamos de la camioneta para desayunar un budín de banana con chocolatada. Imaginen combinar eso con el movimiento de la aventura.
La excursión incluye el almuerzo en el restaurant Big Fig, frente al local de Nomads Safari al que tengo que volver después de comer para seguir con la segunda parte del tour: Una travesía 4×4 a Skippers Canyon. Arrancamos en Mt Aspiring para tener una vista panorámica increíble de Queenstown, Gibbston, Arrowtown y Skippers Canyon.
Esta segunda parte es mucho más movida y aventurera así que les recomiendo que se relajen y se diviertan! De Arrowtown el guía conduce hasta Skippers Canyon por el río, literalmente vamos por el agua y su destreza al volante es tal que hace que la camioneta de un par de giros sobre el agua! Agárrense bien porque se van a tambalear de un lado al otro 😀
El camino para recorrer Skippers Canyon es de cornisa y se sube a toda velocidad! El guía (perdón no me acuerdo el nombre 🙂 está sorprendido de que no tenga miedo y le contesto siempre lo mismo: confío en que sabés lo que hacés. Bien hice, pasé un día muy divertido y exprimí al máximo Queenstown y alrededores casi como Frodo.
Bus de Queenstown a Lake Tekapo pasando por el Monte Cook
Me despido de Queenstown a bordo de otro bus de Great Sights que hace el recorrido Queenstown- Mt. Cook- Lake Tekapo.
Si quieren ir al Monte Cook lo que tiene que hacer es reservar el pase de Intercity que incluya esta parada en Mt. Cook. Es importante recordar esto porque sino van a tener que comprar el ticket de bus aparte.
Son las 7.30am, es de noche y a medida que pasan las horas y el bus avanza con su recorrido lo único que se pueden ver son nubes muy bajas y mi nivel de frustración es bastante alto… Si las nubes no se van, me pierdo de ver al Mt. Cook de cerca. Se ve que no soy la única que se siente así ya que el conductor/ guía nos avisa que se comunicó con la gente que se encarga de coordinar los vuelos los helicópteros que hacen los scenic flights por el Mt. Cook y que le dijeron que se espera que el cielo se abra. Otra vez a cruzar los dedos y a mirar para arriba.
Las nubes cubren por completo el lago Pukaiki, pero a pocos kilómetros de llegar al pueblo del Mt. Cook, la predicción de los pilotos de helicóptero se cumple y se hace la luz! El Cook se deja ver!
Una vez que llegamos al Aoraki Mt. Cook, el pueblo del famoso monte, nos avisan que el micro a Tekapo saldrá en dos horas. Este tiempo no es suficiente para hacer el Kea Point track y almorzar. Si bien el track tiene una duración estimada de una hora ida y vuelta no toma en cuenta si uno quiere hacer paradas para sacar fotos o descansar, así que decidí hacer parte del camino y volver para comer un sandwich de pollo caro y malo en el bar del hotel Hermitage que tiene una vista privilegiada.
Imperdible: Una noche en el Lago Tekapo
Al planificar el viaje por la isla sur de Nueva Zelanda, el plan original era ir al Monte Cook y de ahí seguir en bus directo a Christchurch y llegar de noche. Pero en el medio está el pueblito de Lake Tekapo en el que honestamente no hay nada, salvo el lago y un paisaje montañoso de fondo: un plan perfecto para no hacer nada, sentarse en el pasto y relajarse mirando el paisaje. Mejor que cualquier clase de yoga! 🙂
Para esto reservé una noche en el hostel YHA Lake Tekapo, inaugurado en abril de 2019, con olor a nuevo y todo!
Viajé en otoño y les puedo asegurar que al ser temporada baja no hay casi ningún lugar para comer, así que compré risotto muy picoso con chorizo colorado y papas fritas en el supermercado Four Square, el único que hay en el condado.
Para relajarme totalmente, fuí a darme un baño en las hot pools de Lake Tekapo. Lo recomiendo porque son al aire libre con vista al lago.
Una actividad muy popular es ir al observatorio a ver las estrellas, pero no fui porque es más recomendable hacerlo en primavera o verano.
Un día al máximo a bordo del tranvía de Christchurch
Christchurch es la última ciudad del recorrido por la isla sur de Nueva Zelanda y como tengo un solo día aprovecho el viaje en bus (que es bastante largo) para buscar información.
Miro el mapa de la ciudad y me doy cuenta de que está todo cerca y que es muy caminable. También encuentro que hay un tranvía turístico que te lleva a los principales lugares de Christchurch. El ticket cuesta 25 NZD, dura todo el día y se puede subir y bajar todas las veces que uno quiera.
Me alojé en el hostel YHA Christchurch, que si bien es un hostel que se nota que tiene unos años, la ubicación es perfecta: sobre Hereford St, una de las calles principales con muchas opciones para ir a comer, y a pocos metros del Jardín botánico.
En cuanto a la comida, encontré el bar The Rockpool con muy buenos precios, platos abundantes y muy ricos. Lo recomiendo, creo que es el único restaurant/bar con precios razonables que encontré en Nueva Zelanda. Yo le entré a un bife con ensalada y papas fritas que estaba increíble, todo a 15 dólares neocelandeses.
Christchurch es una ciudad que fue golpeada por dos fuertes terremotos, por lo que van a encontrar que hay muchos edificios ultra modernos y del otro lado de la calle, otros tantos destruidos. Interesante la zona con murales y street art.
En el puente Bridge of Remembrance hay un pequeño espacio verde con food trucks. Con un helado de chocolate en la mano me voy a caminar bordeando el río Avon hasta llegar al parque Margareth Mahy Playground, un parque de juegos para toda la familia, imperdible para ir con o sin chicos.
Un punto muy famoso es la calle Regent Street, una peatonal de una cuadra con muchos negocios. Para mí, bastante sobrevaluada.
Recomiendo mucho la galería de arte de Christchurch Te Puna o Waiwhetu, la entrada es gratuita y hay eventos especiales. Cuando fui me invitaron a entrar al auditorio en donde estaban por proyectar un documental sobre video juegos indie games.
La isla sur de Nueva Zelanda está llena de imperdibles y como ven, la oferta de actividades es muy variada. Nuestro consejo es que contraten el pase de buses de Intercity para disfrutar al máximo de los paisajes y que si van a viajar en temporada alta, reserven todos los alojamientos y las excursiones con anticipación.
Si tienen alguna duda o quieren compartir sus consejos y experiencias, dejen un mensaje en los comentarios!